Conflikto Films produce el booktrailer de “Fraudebook”

Hoy os presentamos casi en primicia el fantástico booktrailer que ha realizado la productora Conflikto Films sobre “Fraudebook: lo que la red social hace con nuestras vidas”. “Fraudebook”, escrito por el doctor en Filosofía Vicente Serrano y publicado por Plaza y Valdés, analiza el fenómeno Facebook desde un punto de vista social y ético, iluminando a los lectores sobre cómo la popular red social compromete nuestra libertad y utiliza los datos y opiniones que compartimos inocentemente en ella cada día.

Dado el atractivo de este libro para el público digital, Plaza y Valdés encargó a la productora Conflikto Films un booktrailer que recogiese los conceptos clave del ensayo de Vicente Serrano, con el objetivo de difundirlo en las redes y plataformas online.

Como sabéis, Conflikto Films pertenece a la comunidad de coworkers de Workcase y es especialista en la realización de vídeos para empresas, videoclips y obras de ficción y cine. Para el booktrailer de “Fraudebook”, han utilizado técnicas relacionadas con el visual thinking que logran transmitir eficazmente al espectador las ideas centrales que plantea “Fraudebook”, con un lenguaje claro y potente acorde al contexto de las redes sociales en las que presumiblemente se compartirá. El booktrailer, sobre todo, deja varias preguntas abiertas para que cada espectador que vea el video trate de responderlas desde su reflexión personal.

Desde que nació la productora, el equipo de Conflikto Films ha ido apostado progresivamente por un enfoque audiovisual innovador, muy cercano al estilo cinematográfico. “Como profesionales del mundo de la TV y el cine, nuestro propósito es imprimir en nuestro trabajo un estilo muy marcado. Intentamos que la promoción para la empresa que quiera hacer un vídeo se dé en un formato más próximo al de una película o cortometraje”, nos explica José Alvaro.

El booktrailer de “Fraudebook” es un buen ejemplo de este estilo original y eficaz a la hora de transmitir un mensaje.

Próximo showroom de los pantalones Last Wave

last_waveEl viernes 4 de noviembre, las chicas de Last Wave vuelven a Workcase para presentar su colección otoño-invierno de pantalones. Con nuevos colores y diseños, los pantalones Last Wave que podréis ver en este showroom exclusivo están fabricados íntegramente en España y destacan por su alta calidad, algo que se agradece en esta era del low cost.

Desde 1998, Last Wave hace colecciones limitadas y originales con un estilo único, tanto para hombre como para mujer y en modelos unisex. Lo mejor es que curioseéis en su web – http://lastwavemadrid.com/- para descubrir sus últimas creaciones.

El showroom estará abierto de 18 h a 21 h.

¡Os esperamos!

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Couso culmina el proyecto de interiorismo de Expressio Café

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Nuestro coworker Rubén Couso ha finalizado recientemente un gran proyecto de reforma en el que participaba como diseñador de interiores. Se trata de Expressio Café, un local ubicado en el exclusivo barrio madrileño de Los Jerónimos al que han dotado de una estética inspirada en los años veinte alemanes. Tras un exhaustivo estudio de la personalidad del cliente y de su plan de negocio, el proyecto ofrece una adaptación moderna del expresionismo alemán de principios del siglo XX, representado por autores como Ernst Ludwig Kirchner, Otto Mueller o Max Beckmann.

Expressio Café está situado justo detrás del Museo Nacional del Prado y en la misma calle de acceso al Jardín Botánico y el Parque del Retiro. Al estilo de los bistrós franceses, la cocina permanece abierta todo el día para acompañar a los vinos seleccionados, cervezas de calidad o cafés aromáticos. Se trata de un espacio pensado para la relajación, la degustación y la conversación, eliminando cualquier molestia, ruido y estrés asociados a la rutina diaria de una ciudad como Madrid. Además, escapa de la moda actual hacia lo vintage, la estética neoyorquina o lo hípster. “Es un espacio que quiere, por sí mismo, convertirse en vintage con el paso de los años”, destaca Rubén.

Entre las características técnicas, destaca el sistema de aire acondicionado, con dos máquinas que dispersan la impulsión de aire enfriado de manera homogénea; la iluminación, diseñada para que pueda ser modificada en función de la época del año; el aire interior renovado continuamente; y el sistema de calefacción con radiadores de hierro, sin puntos de excesivo calor o molestos para los clientes.

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Aunque se trata de un espacio diáfano, el local está dividido en cinco “momentos”:

El Café. Pensado para degustar café y repostería, en compañía de compañeros de trabajo y en torno a una gran mesa de madera, bajo una imponente lámpara que recuerda al Art-Decó. Durante la mañana, y con la entrada de la luz natural por la puerta, el espacio se hace vívido, reconfortante y energizante; durante la tarde o noche, con iluminación artificial, se convierte en un rincón íntimo, recogido y con cierto carácter propio de la trastienda.

El Té. Sin perder de vista la calle, las mesas para disfrutar de una buena taza de té son redondas y amplias. La luz incide directamente sobre ellas, por lo que en invierno es un buen espacio para templarse al calor del sol y de la calefacción, mientras que en verano se encuentra al amparo de los toldos y de la perfecta instalación de aire acondicionado.

El Brunch. Para esta combinación de desayuno y almuerzo, importada de Europa, se disponen cinco mesas cerca de la barra y con iluminación más ambiental que escenográfica, donde poder disfrutar de los platos a cualquier hora del día en óptimas condiciones.

El Lounge. Es la zona más recogida y tranquila del local. Un rincón presidido por una cómoda bancada roja que invita tanto a la degustación gastronómica como a la charla o la conversación entre comensales. Aquí se muestran las obras pictóricas que inspiraron la estética del local.

La Barra. Es la zona de espera y también del café rápido, de tertulia, del derecho a soledad, donde se inician o continúan relaciones personales.

¿Dónde? Calle de Espalter, 9 28014 Madrid

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“Queremos cambiar la imagen del clásico despacho de abogados gris y aburrido”

 

portada-abogadosAntes o después, todos necesitaremos un abogado en algún momento de nuestra vida. Cuando ese momento llegue, lo mejor que te puede pasar es tener cerca dos abogados como David Izquierdo y Elisa G. Álvarez, dos primos madrileños enamorados de su profesión y del aprendizaje continuo. Desde hace unos meses, en Workcase tenemos la suerte de contar con Elisa y David entre nuestros coworkers. Hoy charlamos con ellos sobre cómo decidieron dar el salto al autoempleo, por qué se están convirtiendo en expertos en derecho bancario y qué buscaban en un espacio de coworking.

Empezamos con David, ¿cuál fue tu trayectoria antes de unirte a Elisa para ejercer por vuestra cuenta?

Me licencié en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Autónoma de Madrid, y después me especialicé en un máster de Derecho Internacional en la Fundación Ortega y Gasset. Tras acabar la especialización, decidí marcharme a Córdoba para unirme a unos compañeros que acababan de abrir un despacho. Estuve allí seis meses y se puede decir que fue mi primera toma de contacto con la profesión. Después volví a Madrid para trabajar en un proyecto del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, en el que abordábamos temas muy técnicos sobre política pesquera y marítima de la Unión Europea, etc. El medioambiente desde un enfoque jurídico no es algo que se trate mucho en España, así que fue una experiencia en la que aprendí bastante.

Y tú, Elisa, ¿qué derroteros tomaste al salir de la universidad?

Estudié también en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma y, como la gran mayoría de los que nos licenciamos en Derecho, cuando terminé no sabía muy bien por dónde tirar, porque el derecho es muy aplicable a muchísimos campos. Por unas prácticas a través de la universidad, fui a parar a un juzgado de primera instancia, con una jueza con la que aprendí un montón. Tanto, que le pedí si podía continuar y me quedé un año más. Mi año en los juzgados de Plaza de España supuso un aprendizaje muy intenso, muy interesante y, sobre todo, muy práctico. Era jurisdicción civil, estaba mano a mano con la jueza en su despacho, viendo todos los expedientes que iban a juicio al día siguiente.

A raíz de esta experiencia, me animé a estudiar una oposición para trabajar como personal de justicia. Pero, cuando llevaba dos años y pico preparando las oposiciones, empecé a ver la realidad: aquello es durísimo, no por el contenido (que es derecho procesal y a mí siempre me ha gustado) sino por la competitividad. Hay muy pocas plazas y muchísima gente que se presenta. Además, se acercaba mentalmente la barrera de cumplir 30 años, y me pregunté si realmente no quería probar lo más emblemático de la profesión, ejercer como abogado. Le di unas cuantas vueltas y decidí intentarlo. Se lo propuse a David y me dijo que sí.

Desde octubre de 2015 lleváis entonces ejerciendo por vuestra cuenta, ¿qué tipo de casos habéis llevado en este tiempo?

Tocamos temas muy diferentes. Estos últimos meses nos hemos especializado bastante en temas de derecho bancario, ya que representamos a Bankia en casos relacionados con acciones y el tema de las preferentes, además de hacer reclamaciones de cantidad y ejecuciones para otros bancos. Pero también nos surgen casos en otras ramas como el derecho hipotecario o el civil (separaciones, divorcios, herencias…).

¿Cómo conseguís los clientes?

Intentamos que sea a través de muchos canales: desde el boca a boca a promocionarnos con tarjetas de visita. No nos ha costado encontrar clientes porque los dos somos personas bastante sociables, algo muy bueno en esta profesión. Empezamos además con mucha suerte porque enseguida nos salió una colaboración con un despacho para el tema de las acciones y preferentes de Bankia.

Y luego siempre hay alguien que se divorcia, que cobra una herencia, que tiene que rescindir un contrato… Hay que recordar que un abogado no es útil solo para cosas muy graves. Si necesitas redactar un contrato, por ejemplo, es mucho más garantista que te lo redacte un abogado a que lo hagas tú, que se te van a quedar un montón de flecos sueltos.

¿Y pensáis especializaros en alguna rama concreta?

Hasta ahora, cualquier asunto que ha llegado a nuestras manos, desde un tema penal a un tema civil, lo hemos cogido. En esta profesión nunca se deja de estudiar. Tienes que estar muy al día de la regulación. Aunque tengas una base, que para eso te has licenciado, cuando te llega un caso vas a dedicar mucho tiempo a estudiarlo antes de entrar en la cuestión práctica. No nos cerramos a nada.

Para unos abogados, a los que normalmente os imaginamos en un despacho clásico y con sillones de cuero, ¿qué os atrajo de un coworking?

Por un lado, los precios de los alquileres de despachos eran prohibitivos para nosotros, que estábamos empezando. Por otro, nos parecía muy interesante la idea de compartir espacio con diferentes profesionales. Si necesito un arquitecto, un publicista o alguien que me desarrolle una web, voy a tener un compañero justo en frente al que encargárselo. Nos llamaba la atención ser partícipes de una idea novedosa que llevaba tiempo funcionando muy bien en el resto de Europa.

Visitamos prácticamente todos los centros de coworking que hay en Madrid y dimos con Workcase, que encajó a la perfección con la imagen que queríamos proyectar.

Queremos cambiar el estereotipo del abogado casposo y del típico despacho gris, aburrido y aburguesado.

Workcase reúne además las características necesarias para salvaguardar la privacidad de nuestros clientes. El ambiente en el centro es muy bueno; la gente es muy respetuosa y, por ejemplo, si estás reunido en la sala polivalente (donde recibimos a nuestros clientes), a nadie se le ocurre venir a interrumpir.

Puedes contactar con Elisa y David a través del correo electrónico:

Elisa G. Álvarez: elisa.g.alvarez@icam.es

David Izquierdo: david.izquierdo@icam.es